Que tu cadencia silenciosa me acompañe,
como un susurro en mi oído,
que tu sabor salado se deshaga
en mi lengua entumecida
y reviva este corazón cansado
de tantas noches de despedidas.
Que tu oleaje infinito me arrulle
con sus brazos de espuma,
liberando a mi alma
de sus cadenas enmohecidas.
Que tu inmensidad me desborde,
con su fuerza marina
y consuele con melodías,
a mis esperanzas perdidas.
muy bello poema...
ResponderEliminary mientras haya música y un lápiz y un papel para escribir no hay esperanzas perdidas...!!!
un cariño,
¡Muchas gracias! Y sí, afortunadamente las letras y la música nos siguen esperanzando. Gracias por leer :)
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