jueves, 28 de marzo de 2013

Con olorcito a mar



Que tu cadencia silenciosa me acompañe,
como un susurro en mi oído,
que tu sabor salado se deshaga
en mi lengua entumecida
y reviva este corazón cansado
de tantas noches de despedidas.

Que tu oleaje infinito me arrulle
con sus brazos de espuma,
liberando a mi alma
de sus cadenas enmohecidas.

Que tu inmensidad me desborde,
con su fuerza marina
y consuele con melodías,
a mis esperanzas perdidas.

2 comentarios:

  1. muy bello poema...

    y mientras haya música y un lápiz y un papel para escribir no hay esperanzas perdidas...!!!

    un cariño,

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    1. ¡Muchas gracias! Y sí, afortunadamente las letras y la música nos siguen esperanzando. Gracias por leer :)

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